Los Controladores

Cuando empecé terapia hace algunos años, una de las primeras cosas que me hizo notar la psicologa es que tenía un grave problema con delegar responsabilidades. Es el día de hoy, cuando ya mucho tiempo me separa de esas sesiones y de la posterior "alta médica" que sigo teniendo el mismo problema. Y se debe todo, absolutamente todo, a mi afán de tener el control. 

A medida que uno va creciendo, va percatándose que ciertas cosas no se pueden manejar, la mayoría de las personas intentan vivir con eso y lo logran. Aceptan que somos humanos, y que no podemos manejar cada mínimo detalle de una cuestión, porque no nos da el físico ni la mente. Aceptan que "el que mucho abarca, poco aprieta". Y que no importa cuánto te esfuerces, siempre habrá cosas que escapen de vos.

Pero ajenos a esas personas, nos encontramos otro grupo: Los Controladores. Aquellos que nos quejamos de asumir las responsabilidades de todos, pero que en el fondo, no queremos que nadie más meta mano en nuestra perfecta red de control. Y hasta las disfrutamos. Disfrutamos las listas, el estrés, las llamadas por teléfono pidiendo por nosotros, los planes organizados con tiempo, las compras anticipadas, los post it, etc. 

Y aunque podemos ser un desastre en un montón de aspectos, siempre saben que sos vos, y nada más que vos, la que tiene la respuesta que necesitan- porque monopolizas la información, claramente-. Atendés el teléfono en el trabajo, porque nadie puede pasar los mensajes como vos. Verificas las tareas de tus compañeros antes de entregarlas, porque en el fondo crees que son mas propensos a los errores. E incluso se te infla el pecho con un poco de orgullo, cuando explicas que de vez en cuando te siguen llamando de tu ex empleo para que les des una mano con algo.

Armas pre entregas en la facultad, sólo para saber que están haciendo mal los demás, y siempre exigís que se te envíe una copia de todos los trabajos antes de entregárselo a un profesor. Haces los pedidos por teléfono, aunque no sea parte de tus tareas, porque sospechas que alguien más podría hacerlo mal. Y sólo haces caso de tus notas ante una posible duda.

Chequeas el calendario antes de cada parcial, evento, cumpleaños para asegurarte que nada se superponga. Y vivís en un estado de histeria permanente, porque nadie puede seguirte el ritmo. Pero también sabes que si lo hicieran, no podrías soportarlo, porque no hay suficiente lugar- en ningún ámbito- para dos controladores.

Como si todo eso no fuera suficiente, también es un obsesivo con sus relaciones. Te molestan los cambios de último momento, las zonas grises, o los "Después hablamos". Las cosas se hablan de una y sin vueltas, porque así se pueden encontrar soluciones, así se puede tener el problema bajo control. Y que nadie, nunca, te corte el teléfono o te lo apague. Porque la sola idea de quedar expuesto en una situación que no tenes decisión, te desvela por las noches.

Nos entusiasman las agendas, los calendarios, los archivos Excell, las listas con items, los planes detallados, los post it, los marcadores, y todo aquello que nos haga sentir que nada se nos está escapando de las manos. 

Porque así vivimos, y porque así disfrutamos. Y si llega el día en el que te cruzas un Controlador, hacete a un lado,si no tenes muchas chances de terminar cayendo en su tela de araña.

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