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lunes, 18 de abril de 2016

El Arte de Tropezar

¿Qué es lo que más me molesta de tener un blog? Cuando mis supuestas amigas, me citan en mi contra. En serio, pasa más a menudo de lo que ustedes se imaginan. Tengo amigas, como Tarantina, que cuando me ven derrapar en vez de aconsejarme de manera objetiva recuerda alguno de mis blogsconsejos, y me lo refriega por la cara.

El otro día me decía “No entiendo por qué te estas volviendo a tropezar con la misma piedra, no se supone que la felicidad se compone de pequeñas decisiones?”. Estábamos chateando, ni siquiera la tenía en frente y sabía que había perdido la batalla.



Yo solita me había metido en una guerra que de ante mano estaba perdida. Casi como cuando Hitler decidió pelear más frentes de los que podía controlar. “¿Por qué te haces esto? ¿Por qué no elegís estar bien?” me preguntó después de un rato. Y me quede callada. En estos últimos meses, se supone que aprendí a lidiar conmigo misma de muchas maneras. Soy una versión casi 2.0 de la persona que era, pero así y todo hay cosas que no podemos soltar.

Las personas elegimos mal, y siempre vemos mejor en el ojo ajeno el fardo, o el pasto, o lo que venga a decir el dicho. Porque en el fondo somos masoquistas, así como nos acomodamos, nos boicoteamos, y siempre nos exponemos de múltiples formas. Nos vendieron el cuento de que las relaciones tienen que ser complicadas, que tenemos que dar mil vueltas antes de poder disfrutar de las perdices y que lo fácil aburre.


¿Y qué es lo peor de todo? Cuando tiene razón, cuando Tarantina me gana en mi propio terreno porque me conoce hace años. Porque sabe cuándo me estoy mintiendo a mí misma y porque sabe cómo va a terminar algo antes de empezarlo. Al fin y al cabo, los humanos somos seres basados en la repetición de patrones.

-Ya sé que no debería hacerlo- le contesté después de un rato.


-Ya sé que lo sabes, siempre lo sabes B.-

Y no hubo más que agregar. Hombres, mujeres, niños y niñas, siempre una parte de nosotros sabe cuándo está tomando una mala decisión, siempre somos conscientes cuando empezamos a cavar nuestra propia fosa. Pero así como lo sabemos, también sabemos que lo más fácil es ceder a esos impulsos por más que a la larga sean contraproducentes.



¿Qué les puedo decir? Tarantina tenía razón, y yo me quemé jugando con fuego, básicamente la historia de mi vida(la parte del fuego, no que ella estuviera en lo correcto). Pero de todas las experiencias aprendemos, y cómo diría mi querida amiga “Todos tenemos nuestros tiempos”. Lo importante es dar siempre un paso más para estar bien, y mientras, que nadie nos quite lo bailado ¿No?.

¿Y ustedes qué opinan? ¿Apostamos por causas perdidas por vicio, por costumbre o por convicción?

2 comentarios:

  1. Hola!! No conocia tu blog, pero ya te sigo por todos lados porque me gusto mucho :)
    Con el tema del post de hoy, yo creo, desde mi humilde experiencia, que muchas veces apostamos a causas perdidas por costumbre, sabemos manejarnos en ese ámbito, por mas que sepamos bien que no tendríamos que estar ahí, pero es lo que "sabemos hacer" se entiende? jaja
    me gusta mucho tu reflexión!
    te dejo mi blog también! Un beso :)
    http://hellosunshinearg.blogspot.com.ar/

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    1. Si, puede ser. Yo creo que nos han convencido de que si no es dificil, no vale la pena. Hollywood nos arruinó el cerebro, jaja.
      Besos genia!

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