Y yo tuve el día mas Bridget Jones que recuerdo en los últimos tiempos. No sólo tuve que madrugar uno de mis únicos feriados, sino que termine volviendo a mi casa empapada, con los zapatos en la mano y con tomate en uno de ellos.
Si, tomate. Porque en una metáfora hilarante la vida me dio un guantazo. Y me demostró que si sentía que estaba en un pozo. siempre podía estar más abajo. Pisé un tomate en la mitad de un colectivo repleto de gente, casi me desnuco y terminé de perder el poco glamour que me quedaba, chicos.
Pero hoy termina el año y puedo creer, ingenuamente, que el año que viene va a ser mucho mejor. Y sino tomates para todos.
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