miércoles, 13 de enero de 2016

Quejita vs. la Tana Ferro

“Quejita” se queja. Es una verdad universal. Como que el cielo es celeste o que llueve de arriba para abajo. Pero se queja por deporte y no por mal humor. Hay gente que le gustan los chistes, a ella le gusta refunfuñar. Si hace calor, porque hace calor; si hace frío, porque hace frío y si tiene resaca, porque el mundo la odia y no la hizo tolerante al alcohol.


Lo de ella es un comportamiento crónico y repetitivo, una forma de catarsis mal llevada, que despierta ternura y bronca a partes iguales. Es reiterativa y dramática, llega a la oficina refunfuñando y cuando alguien le pregunta qué le pasa, arranca un monologo sobre el calor y las pésimas condiciones del transporte público. Pero tiene un mecanismo curioso, que es lo que diferencia a Quejita de Rompe Cocos, y es que hasta ella misma se aburre de su planteo.


Una vez que lo expresa, y el otro se compadece, se olvida el motivo de su queja y sigue como si nada. Ella no quiere hacer un monologo de su problema o su malestar, ella quiere hacer catarsis. Quiere que le palmees el hombro y le digas “Tenes razón”. Y como si de palabras mágicas se trataran, la liberes de su propia maldición.

Por el otro lado, sin embargo, tenemos a Rompe Cocos o más comunmente conocida en Argentina como "el síndrome de la Tana Ferro". Lo de ella funciona distinto, te martilla el cerebro de manera incesante hasta que la eutanasia te parece una opción viable. Porque no importa la cantidad sino la calidad. Y cada cinco mini reclamos de Quejitas, ella tienen un reproche a la vida con todas las letras. Y agarrate, porque cuando creas que termino su planteo, va a ser solamente el intervalo.



Ella es así, mientras Quejitas murmura que odia madrugar mientras arrastra los pies al baño y suspira. Rompe Coco, le gruñe al gato, maldice a sus padres por no haber sido ricos y obligarla a despertarse temprano como un simple mortal; critica a su jefe por no darse cuenta que ella merece hacer home office cinco días de la semana y con horario a elección y blasfema en contra de ese Dios traidor que no le dio una cintura de 60 cm. 

Si me apuras, también amenaza con renunciar al sistema capitalista carcelario en el que vive... Pero ese mismo día, seguramente, se compre una cartera de cinco mil pesos, para así tener un motivo más de mal humor cuando le llegue el resumen el mes siguiente.


Todas conocemos algunos de estos estereotipos. A todos nos ha tocado lidiar con un compañero de trabajo y su mal humor, algún tío criticón para él que siempre tiene demasiada sal el vitel toné o en el caso de Eli, una roomate insoportable como yo. Lo importante es saber lidiar con esto sin que condicione tu tranquilidad; y en el último ejemplo, resignarse a que pago la mitad del alquiler en fecha todos los meses. Ponele.

Pero hablando en serio, el problema de las quejas es que terminan cansando, más que nada cuando los planteos no vienen respaldados con un accionar. Si diariamente le secamos el cerebro a nuestra parejas diciendo que estamos gordas, pero nos comemos hasta las sobras del perro, tarde o temprano el otro se cansa. Hay que intentar ser más objetivos, más pacientes y no tan extremistas. 


Igual yo hablo porque el aire es gratis. Porque me molesta el frío, el calor y la resaca...

¿Y ustedes qué opinan?


Dudas, sugerencias, a nuestro mail ideasconglamour@gmail.com
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7 comentarios:

  1. Te encontras en lo cierto! La culpa es un modo de abreación mediada por la palabra esa es justamente su parte liberadora, pero el lado B de la culpa es que nos aleja de una implicación subjetiva, de todo tipo de responsabilidad sobre nuestro propio accionar y deseos. Así que quejosos a mirar para adentro!

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  2. Te encontras en lo cierto! La culpa es un modo de abreación mediada por la palabra esa es justamente su parte liberadora, pero el lado B de la culpa es que nos aleja de una implicación subjetiva, de todo tipo de responsabilidad sobre nuestro propio accionar y deseos. Así que quejosos a mirar para adentro!

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    1. Bella! No había visto esto! Gracias por pasarte! Y si... coincido. Es más facil la queja, que hacerse cargo de las cosas de uno. Prometo mirar más para adentro! Besoss

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  3. Me encanto el post!!!!! Me siento totalmente identificada con la imagen de Quejica, hago catarsis asi y me libero de la mala onda pero coincido con lo desagradable que puede ser convivir con gente Rompe Cocos, eternos inconsistentes de la queja!!!!

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    1. Me alegro de encontrar gente como yo! Es tranquilizador. Y si, llega un momento donde tenemos que abrirnos y dejar que se rompan el coco solos!
      Besos!

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  4. excelente. Me parece que igual la cura a ese tipo de quejas o malhumor constante (ya sea de quejitas o de Rompe Cocos) es mostrandoles el lado "gracioso" de cada situación... Perderlas en el absurdo para que se den cuenta que es al pedo quejarse, tanto por los o problemas que no tienen solucion como con los que si. A su vez sino encontrar la pareja perfecta q potencie sua quejas ya que al hallar un igual, se sienten mas contenidos.

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    1. Totalmente! Por qué te pensás que terminé escribiendo el blog? Porque sino no me iba a bancar ni yo! A los problemas hay que ponerles humor, al fin y al cabo, quién nos quita lo bailado después no?
      Besos!

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