El Mito de la Media Naranja

-No quiero encontrarme más medias naranjas incompletas en mi vida, en serio, estoy harta- sentencié.

-¿Cómo qué no?-

-No, yo soy una fucking naranja completa. No necesito una mitad que me complete. A lo sumo otra naranja entera para que podamos… No sé, ser jugo-

-Claro, nadie hace jugos de una naranja y media, sería ridículo- 

Un poco de sentido tiene cuando nos ponemos a pensarlo. Si nos acostumbramos a depositar en el otro nuestra felicidad, tenemos el riesgo de que eternamente esta esté condicionada por el accionar de un tercero. Y de la misma manera nos ocurre cuando el otro busca su bienestar en nosotros.

Si arrancamos una relación estando mal, lo más probable es que a la larga depositemos todos nuestro miedos y frustraciones en el otro. Si somos inseguros, seremos celosos. Si nos sentimos estancados, seremos envidiosos con el crecimiento ajeno. Y si no nos queremos, no sabremos querer al otro de manera sana.

Es muy egoísta esperar que otra persona complete los rasgos de nuestra personalidad, que en mi caso, en 25 años no supe completar. Dale! Ni terapia logro que sea menos autoexigente, salir con un hippie flexible esperando solucionarlo sólo me va a generar dolores de cabeza a mí y a mi pobre víctima. Y eso nos va a pasar con todos esos aspectos que intentemos compensar con un tercero...

La soledad es otro ejemplo, el buscar en otro un paliativo para ella es un terrible error, porque a la larga les aseguro termina siendo simplemente eso, un paliativo. Algo superfluo, algo efímero, algo temporal. Cuando las luces se apagan, cuando el telón se cierra, siempre terminamos estando solos con nuestros propios demonios. Nadie puede completar lo que no se completa solo.

Tenemos que aprender a estar bien con la soledad, con nuestros defectos y nuestras virtudes. Tenemos que aprender a lidiar con nuestra ansiedad, esa misma que a todos nos consume en mayor o menos medida. Y sobre todo, tenemos que aprender que amar, no significar depender de alguien, no significa ser feliz por alguien, y no significa que nuestra vida tiene que girar en torno a otro.

Dicen que solemos ser muy injustos con los que amamos, porque vemos en ellos todo lo que nosotros proyectamos. Nadie puede hacerte feliz si no trabajaste para serlo previamente, porque a la larga, ese shock de felicidad que puede generarte ese tipo de amor, te vuelve adicto. Y llega un punto donde dependes de eso, para estar bien en todos los otros aspectos de tu vida. 

Sé lo que se siente darle tanto poder sobre uno a una persona, se lo que se siente que tu humor dependa de una pelea o de un mensaje, se lo que se siente querer llenar con el amor de un tercero lo que no podía llenar con mi amor propio. Y no se lo deseo a nadie... 

A quererse más, para aprender a querer mejor.

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