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lunes, 19 de diciembre de 2016

Sentir después del amor

Tengo 26 años, y soy feliz. En serio. Tengo un trabajo que me apasiona, de esos que no tienen lunes, porque nunca te queres matar por arrancar la semana. Estudie una carrera que resulto ser LA carrera. Esa profesión que estaba hecha para mi, que estaba destinada a hacerme feliz.

Tengo familia, amigos, y la vida que siempre quise a esta edad. Después de claro, resignarme a que no iba a conquistar el mundo.

Pero así y todo, hay noches que extraño muchísimo sentir algo. Lo más difícil de separarse de alguien, de que te rompan el corazón, de dejar de amar; es precisamente eso. Que esa adrenalina que produce el enamoramiento también la tenés que dejar ir, y no la podés depositar en otra lado.


Uno puede compensar casi cualquier cosa. Terminé la facultad y metí toda esa energía y tiempo en la actividad física, en mirar series, o en escribir. Pero me separé, y esa sensación, esas cosquillas en la panza, ese vértigo, se fueron con él…

Y yo, pobre infeliz, llevo desde entonces queriendo sentir algo. “¿Vos querés estar de novia?” Me suelen preguntar. La respuesta es: No, ni loca. No quiero estar en pareja, porque estar en pareja te consume un tiempo que en este momento no sé si quiero ceder. Pero quiero sentir.

Quiero salir con alguien y que me genere algún tipo de emoción. Quiero dejarle de contarle a mis amigas que tengo citas malas, donde miro el reloj pensando en que entre en un vórtice temporal donde el tiempo no pasa. Porque lo peor es que sé que el problema no son ellos, o al menos no siempre.

El problema soy yo. Porque hace exactamente dos años que me pelee y sin embargo, en ese tiempo solo una sola persona logro interesarme. Probablemente porque me da bolilla de manera aleatoria, bipolar, e incongruente. Si, sé que las tres palabras rondan en lo mismo, pero quería ser clara, ja.

Pero a la vez, también sé que es lo normal. Que lo normal es que uno ya no pierda la cabeza a los 26 como a los 20. Que lo normal es que uno no encuentre en todas las primeras citas una historia de película. Y porque lo normal es que ese tipo de amor intenso y lleno de adrenalina, no lo encontremos en cualquiera.

Es por esto que les digo, lo más difícil de dejar de estar enamorado es recordar, los domingos nublados, que alguna vez vamos a poder volver a sentirlo…


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