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viernes, 5 de febrero de 2016

Ghosting: El Arte de Desaparecer

Frases como: “Me encantaría que si no quiere salir más me lo diga” o “¿Qué le cuesta contestar un msj y decirme que no quiere saber nada conmigo?” pasaron a ser cada vez más comunes en mi vida. Amigos, compañeros de trabajo o de facultad, mujeres u hombres, todos llegamos a una misma conclusión: cada vez son menos personas las que son sinceras con sus sentimientos.

Andrea el otro día me contaba que después de salir casi dos meses con un chico, este le había dejado de hablar de la nada. De repente había pasado de recibir mensajes todos los días a no saber más nada de su existencia. Su primera reacción fue, obviamente, escribirle ella. Pasó una hora, dos y no le contestó, tres, cuatro...

-Todavía no me clavo el visto- me escribió por Whatsapp- ¿Puede ser qué no haya mirado el celular en todo este tiempo?-

simplemente-no-te-quiere

Sonreí del otro lado de la pantalla, yo tengo la mala costumbre de dejar muchas conversaciones en stand by para no clavarles el “visto” y así no quedar mal. Pero me pareció cruel potenciar su, ya de por si, terrible paranoia.

-No sé, yo hay veces que no lo uso- le contesté, porque ante todo, las amigas ya tenemos un speech de respuestas automáticas aprendidas a lo largo de los años.

-Hace 5 minutos subió una foto al Instagram, o sea que lo tiene el celular, o sea que lo vio, o sea que hace lo mismo que vos: ¡Me deja en espera!- Mi primer pensamiento fue preguntarle cuándo se había dado cuenta de que la solía ignorar, pero consciente de que ese no era el punto de la ecuación, intenté enfocarme.

simplemente-no-te-quiere

Y pensé: ¿Qué contestarle? ¿Por qué el hijo de su madre es tan egoísta que no le dice él que ya no quiere saber más nada? En serio... Yo lidio con mis propias cosas, casi que no jodo a nadie, un poco a mis gatas tal vez, no mucho más. No quiero también ser la encargada de romper con mis amigas por terceros. Pero tampoco puedo ser tan mala mina de fomentar esperanzas donde claramente no las hay.

Pensé en la película Simplemente no te Quiere, donde la protagonista siempre intenta buscar una lógica absurda que justifique el comportamiento del chico que le gusta. Cuando hay una sola verdad, si te quiere se nota, si te quiere ver se nota, si le importa cómo estas se nota, y si lo que notas es que es un idiota es porque probablemente lo sea. Abramos los ojos.

simplemente-no-te-quiere

Dejemos de excusar a la gente por su falta de interés. Hace diez años decíamos que no te contestaba porque no tenía crédito, porque los msjs de texto a veces eran traicioneros, o porque el cartero había perdido la postal (bueno, tal vez esto sea un poco más antiguo). Y ahora, lo justificamos dudando de la eficacia de Whatsapp, cuando en el fondo sabemos que jamás se perdió nada en el camino con esta dichosa aplicación!

Nos acostumbramos tanto a esta clase de desplantes, que cuando el otro día una de mis amigas me contó que el chico le mando un mensaje explicándole porque lo de ellos no estaba funcionando, casi me muero de un síncope. En serio. Nada de bloquearla, nada de borrarla de todos lados, nada de ignorarla en todas las redes sociales. Simple sinceridad. Lo loco es que ella me lo contó sonriendo, porque coincidía y porque cuando uno cierra las historias, puede dar vuelta la página en paz.


Lo que mata al gato es la curiosidad, no el rechazo.

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