-Cada vez estas más rubia!-
-Y no por eso más feliz- le contesté
una vez a una amiga.
¿Vieron qué dicen que las rubias se
divierten más? Bueno, es un mito. Me pase un año y medio cambiándome el color
de pelo, hasta encontrarme platinada. Sí, ese tono polémico que nadie debería
tener, excepto que seas Marilyn Monroe o mi abuela. Y dado que ninguna de
las dos está en este plano actualmente, se nos acabaron las excepciones permitidas.
Mi abuela se platino antes de casarse
y nunca se lo sacó. Se mantuvo impecablemente rubia hasta que se enfermó. Era
peluquera. Y siempre le gustaba esponjarse el pelo para arriba. Tenía uno de
esos secadores gigantes de pared sesentosos de la época en que trabajaba; y
cada vez q me bañaba en su casa estaba obligada a secarme el pelo. Ella metía
la cabeza ahí y salía divina. Yo salía pareciendo un caniche electrocutado.
Y ahora, muchos años después de esos
recuerdos tengo este color de pelo. Mis amigas dirían que fue tan paulatino el
cambio que no se dieron cuenta. “¿Vos no eras castaña?” me preguntaron el otro
día. Y me reí. Lo que no le dije es que cuando uno pasa una mala racha se
aferra a cualquier alternativa para estar mejor. El castaño representaba el
estar 5 kilos bajo el peso que debía, estar frustrada y estar enojada. Cuando
estaba castaña vivía enojada, peleándome con mi ex, conmigo misma y con mi vida en general.
Cambié una y otra vez de color de
pelo buscando alejarme de esa imagen, de manera inconsciente obviamente, hasta
que ya no me reconocí... Siempre digo que en todo duelo, del tipo que sea, uno
tiene permitido hacer todo lo que le haga bien. Yo dejé atrás a una B. que no
era la persona que quería ser, dejé atrás a una persona que prefería
victimizarse antes de hacerse cargo de la realidad. Uno es lo que elige, siempre.
Y tanto me alejé que hoy quiero
volver a ser la misma. Ser rubia no me hizo más feliz, pero me ayudo a
distanciarme de la persona que era. Fue tal vez la parte visible de todos los
cambios, decisiones y elecciones que tomé en este tiempo.
Así y todo, de la misma manera que
uno quiere volver a su casa después de estar lejos una buena temporada, yo quiero volver
a tener mi color de pelo.
Te adoro abuela, pero ya voy a tener
tiempo de ser platinada cuando me llene de canas.
Gran post, me ha gustado mucho! y muy linda tu abuela :), yo creo que todas hacemos un poco eso, que nuestros estados influyen en nuestra imagen y en nuestros cambios y/o decisiones, y la verdad me parece maravilloso, que mejor manera de hacer catarsis.
ResponderEliminarSaluditos!!
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Gracias genia! Te encontré en todas mis redes, jaja. Por suerte ya estoy castaña de nuevo! Besoss y exitos!
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