lunes, 30 de enero de 2017

No sos vos, soy yo...

-¿Viste ese capítulo de los Simpson dónde muestran el exacto momento dónde le rompen el corazón a Rafa?- Me preguntó el otro día una amiga.

-Si, creo que es uno de los mejores-

-Bueno, así me sentí el otro día- me confesó antes de tomar un trago largo de cerveza.

Resulto que Carla salía con un chico, que le gustaba bastante. Esas relaciones hiper raras de idas y vueltas, donde hay histeriqueos, novios y de repente un día los dos se encuentran más o menos en el mismo lugar. Y prueban. Así medio bajo perfil, porque ella salía de una relación y principalmente porque tenían algunos amigos en común.


Pero sí, al fin después de muchos meses se dio, y empezaron a verse. Hasta que un día Juan desapareció. Empezó a dejar de contestar los mensajes, a postergar las salidas, y un día después de muchas pateadas para adelante le dijo de verse.


Fueron a tomar una limonada. Y en un arrebato de sinceridad, le lanzó la temible frase: “No sos vos, soy yo, dejemos que fluya”. Le explico que estaba en un momento de su vida complicado, que no tenía la cabeza para estar viendo regularmente a alguien, y que no quería lastimarla. 

Se abrazaron y la vida siguió... Hasta el siguiente after en el que se encontraron. Ese día él le pregunto por su vida amorosa, por el tiempo que llevaban sin salir juntos y por sus cosas. Carla se entusiasmo, y le volvió a escribir. 

Volvieron los mensajes, el histeriqueo y las idas y vueltas. Y en un mes se encontró así misma en el 2015. En un limbo que no avanzaba ni retrocedía.

-¿Te acordás de Melina?- Me preguntó de repente.

-Si, obvio- le contesté, recordando a esa chica simpática de voz cantarina que había conocido hace unos veranos en Mar de Ajo.

Resulta que Melina, sin tener idea de esta situación, le contó así al pasar que Juan estaba re enganchado saliendo con una chica. Si, el mismo Juan que no estaba buscando una relación. Y mi amiga, que tiene de masoquista lo que yo tengo de neurótica, le preguntó con lujos y detalles todos los pormenores.

No sé si lo más triste de esta historia es que Carla haya logrado mantener la compostura mientras escuchaba, o que realmente haya creído que Juan solo necesitaba tiempo. Pero vi en sus ojos eso que nadie quiere ver en los de una amiga. La aceptación de que a veces vivimos películas en las que el coprotagonista no firmó el contrato.

Todos hemos pasado por eso, la famosa revelación "Sally". Ese momento donde te das cuenta, al igual que la protagonista en la película, que no era que no quisiera estar/casarse/sentar cabeza, sino que no quería hacerlo con vos. Y eso, mis queridos, es una molotov al corazón.

Ella se fue a su casa, y yo pedí otra cerveza, brindé por todas aquellas personas que de una manera u otra les han roto el corazón. Por todas aquellas personas, como Carlita y yo, que casi se han ahogado intentando mantener a flote alguna causa perdida. 

Y sobre todo por aquellas personas, que viven su vida con el corazón en la mano, a toda maquina y en quinta, porque es la única manera que vale la pena hacerlo

Si sos de los nuestros, te invito a levantar el vaso en nuestro honor.


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